Cómo cambiar la mentalidad de empleada a mujer emprendedora
Autora: Carmen Simé
Cuando veo el cuadrante del flujo de dinero de Robert Kiyosaki, me pregunto ¿Será que muchas personas no se han enterado que el empleo es solo el principio?
Lo mismo me pasó a mí, trabajé como empleada por 20 años, pero los últimos 5 años que pasé como empleada, los viví en la agonía de que ya no quería seguir trabajando para otro, que quería tener mi propio negocio, lluvia de ideas pasaban por mi mente, soñaba con ese negocio todo el tiempo.
Todo lo que era un sueño comenzó a tomar forma cuando comencé a cambiar mi forma de pensar, dejé de pensar como empleada y comencé a pensar como mujer emprendedora.
Si al igual que yo has estado soñando con construir tu propio negocio, ya estás haciendo algo paralelo a tu empleo o ya diste el gran salto y ahora eres emprendedora, este artículo es para ti, te ayudará a cambiar la mentalidad de empleada a la de una mujer emprendedora. Como todos los cambios este también intimida, aterra y te desafía, pero el resultado hará que valga la pena.
Muchas de mis clientes emprendedoras luego de un tiempo, en el coaching conmigo, me confiesan que uno de los mayores obstáculos que tuvieron para pasar de empleada a emprendedora no fue necesariamente el dinero, el compromiso o el apoyo, sino que fue su mentalidad.
Si analizamos, no se trata simplemente de crear un negocio, sino que dentro de ti ocurre una transformación emocional y espiritual muy real, la cual te saca de una zona de confort en la que estabas “segura” por años y te lleva a una mentalidad nueva e innovadora.
Dejar atrás esa supuesta seguridad de recibir un cheque de pago, tener definido el trabajo que tenías que hacer, el horario que debes trabajar, dejar ese ambiente que considerabas estable. Para moverte a un ambiente de incertidumbre calculada, un mundo en el que debes superar creencias y debes aceptar que la confianza en ti misma es la clave para poder avanzar.
yo defino a un emprendedor como aquella persona que se lanza al precipicio y arma el paracaídas en el camino.
Al menos esa fue mi experiencia, porque cuando comencé mi negocio, no tenía idea de todo lo que me iba a encontrar, lo único que pensaba era que iba a ser grandioso poder ayudar a las personas. Pero luego caí en cuenta que para llegar a las personas había que tener una estrategia, un plan, que tenía que comercializar, que tenía operaciones y que debía promover mi negocio.
Cuando te das cuenta que hay mucho que hacer detrás de escena, te encuentras frente a frente con el miedo, qué van a decir los demás, el miedo al fracaso y a que todos se burlen de mi.
Pero cuando sabes lo que quieres y tienes las razones correctas atraviesas el miedo porque te das cuenta que era solo una sombra que no te podía detener. Comienzas a ver cómodo lo que antes te parecía incómodo y simplemente sigues avanzando a pesar del miedo, porque entiendes que te acompañará todo el camino, así que más vale que aprendas a sentirte bien en su compañía.
Una de las cosas que más me ayudó para hacer el cambio de mentalidad de empleada a mujer emprendedora fue entender el cuadrante del flujo de dinero de Robert Kiyosaki, cuando vi que estaba en el primer cuadrante y que me faltaban tres, hizo que me pusiera en marcha. Es una transición que debe comenzar primero en tu mente.
Mientras más rápido logres cambiar tu mentalidad de empleada a mujer emprendedora, más podrás garantizar que tendrás éxito. Vas a poder disfrutar la transición y sentirte próspera en ella.
6 cambios de mentalidad para pasar de empleada a mujer emprendedora
Como empleada: “El empleo me da seguridad, no tengo que arriesgar mucho”
Como Emprendedora: “La seguridad está en tomar riesgos calculados”
Cuando eres empleada mides la seguridad por la frecuencia con la que recibirás un cheque fijo, beneficios como un plan de retiro o un seguro de salud, detienen a mucha gente en un empleo. Pero ¿Realmente, eso es seguridad? Si el día que menos te esperas pueden decirte que van a prescindir de tus servicios.
Piénsalo, seguridad no es eso, porque no tienes el control. La seguridad está en que tú al mando, como mujer emprendedora, tomas riesgos calculados, donde tú sabes lo que tienes que hacer para que las cosas funcionen.
Como empleada: “No tengo miedo porque sé lo que tengo que hacer”
Como Emprendedora: “El miedo me impulsa a avanzar”
Cuando eres empleada perteneces a un sistema que otro implementó, llegas todos los días y de antemano sabes lo que tienes que hacer, los retos siempre van a girar alrededor de tus funciones. Y cuando sientes miedo, te conformas y haces las cosas que ya han sido establecidas y no pasa nada.
Al pasar a ser emprendedora estás consciente de que el miedo es esa sombra que te acompañará todo el viaje y que más vale que aprendas a usarlo como combustible y no como agua que apague tu deseo de seguir adelante. Aprendes a “hackear” el miedo cuando sabes que debes pasarlo hoy o mañana o en un año, pero que igual tienes que pasarlo y mientras más rápido lo hagas mejor, serás más creativa, más productiva y mejores serán tus resultados.
Como empleada: “Espero con ansias mi próxima promoción o aumento”
Como Emprendedora: “Disfruto del camino”
Cuando era empleada, me esforzaba para ser tomada en cuenta cuando se hiciera un aumento de salario o para que mi evaluación de desempeño reflejara que debía ser promovida, sufrí muchas decepciones, pero igual seguía luchando por lograrlo.
Al ser emprendedora una de las cosas que encanta es que puedo disfrutar el camino, sé que es un largo viaje, así que disfruto cada éxito grande o pequeño, cada fracaso y cada lección que aprendo de él.
Como empleada: “Los errores se pagan caro”
Como Emprendedora: “Mis errores me acercan más al éxito”
Cuando somos empleados tenemos temor de equivocarnos porque podemos perder el empleo. Nos recuerdan que los errores le cuestan dinero, tiempo y esfuerzo a la compañía. Por eso los vemos como algo negativo, muchas personas tienden a culpar a otros para “salvarse” del precio de cometer un error.
Sin embargo, cuando eres emprendedor sabes que los errores son parte de tu camino hacia el éxito, porque entiendes que cuando cometes errores y aprendes de ellos, puedes avanzar y ser mejor.
Recuerda lo que dicen de Thomas Edison cuando estaba inventando el bombillo que lo logró después de 1,000 intentos. Historias parecidas vas a escuchar si hablas con los más grandes empresarios, que han cometido muchos errores, pero que han aprendido de ellos y han dado un paso más en su camino hacia el éxito.
Como empleada: “Cumplo con las asignaciones que dice mi supervisor”
Como Emprendedora: “Soy proactiva y autodisciplinada”
El empleado en la mayoría de los casos tiene un superior que le asigna las funciones y tareas que debe realizar, a quien debe rendir cuentas.
Un emprendedor debe ser proactivo y autodisciplinado porque no puede esperar a que venga alguien a decirle lo que tiene que hacer.
Esto no quiere decir que un empleado no deba ser proactivo y autodisciplinado, sino que en su rango de operaciones no se requiere mayores esfuerzos.
Mientras que es imprescindible para ti como emprendedora ser proactiva, porque habrá días difíciles en los que no querrás mover un dedo para abrir tu negocio o que querrás darte por vencida cada vez que algo no te salga bien. Justo en ese momento es que lo que te mantendrá de pie son esas poderosas razones que tuviste para empezar que no te van a dar la opción de rendirte.
Como empleada: “Debo entrenarme para saber todo sobre mi trabajo”
Como Emprendedora: “Mi proceso de aprendizaje nunca termina”
Los empleados tienen la creencia de que, si no saben algo, no son competentes para el empleo, por eso muchas veces no admiten que no tienen el conocimiento, porque piensan que van a ser juzgados, se supone que deben saber todo.
Pero cuando eres emprendedor lo primero que entiendes es que no te lo sabes todo y que tienes que vivir aprendiendo constantemente y rodearte de personas que saben más que tú para que te ayuden a lograr tus metas más rápido.
Como has visto ser empleada y ser una mujer emprendedora no es lo mismo, hay cambios que tienen que suceder en tu manera de pensar que van a hacer la diferencia en tu camino hacia el éxito. Analiza las que tienes y comienza a hacer los cambios que sean necesarios para que no te sigan limitando.
Un gran abrazo
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